Gerard Piqué desterrado para siempre de la vida de Shakira, ella borra de su vida lo último que quedaba de él

Shakira y Gerard Piqué han sido los protagonistas de la separación más comentada desde la segunda mitad del año pasado; la infidelidad cometida por el ex jugador de fútbol con Clara Chía Martí, las disputas legales, las duras dedicatorias en una saga de canciones por parte de la artista colombiana, los problemas empresariales que la separación trajo a Piqué y las internas de Shakira con su suegra, son digno material de una telenovela de varias temporadas.

Justo cuando aparentemente Shakira ya debería estar más tranquila en su nueva residencia en Miami, Estados Unidos, lanza un comunicado perdiendo por la seguridad y la salud mental de sus hijos; ambas cosas que se han visto muy expuestas por la prensa internacional en el último tiempo, desde que Clara Chía Martí apareció en escena junto a Gerard Piqué, y este comenzó su disputa mediática con Shakira.

Ahora Shakira parece estar completamente decidida a cerrar el capítulo y dejar en el pasado a Gerard Piqué, su madre y su nueva novia, Clara Chía Martí. A propósito de esto ha tomado una decisión que resulta por demás simbólica y acompaña a esta nueva vida que intenta forjar fuera de España y lejos del padre de sus hijos.

Y es que por más canciones exponiendo a Gerard Piqué que la artista colombiana lanzara junto a otros artistas; Shakira llevaba al actual novio de Clara Chía Martí a donde fuera que se dirigiese. Si aunque te cueste creerlo Shack lleva en la piel un tatuaje dedicado a Piqué, algo que sin duda causa sorpresa pues jamás se la ha visto con un tatuaje en ninguna parte de su cuerpo; sin embargo este existe y se encuentra en un lugar bastante privado.

Pero ahora, algo que debía ser eterno como el amor que Shakira y Gerard Piqué se juraron alguna vez debe ser erradicado de su piel, así como el ex futbolista lo fue de su corazón tras engañarla con Clara Chía Martí. Junto con un doloroso tratamiento láser, el tatuaje y una relación de 12 años que dejó dos maravillosos hijos pero un mal sabor de boca hacia el final se termina, casi como si una ironía poética entre el dolor vivido en la relación y en el proceso de remover el tatuaje se pudiera trazar un paralelismo.