Cuál es la flor más bella y de fácil cuidado que es la favorita de paisajistas para decorar casas y jardines

Contar con un jardín amplio o un espacio verde son recomendables para generar un ambiente menos tenso en el espacio personal. Cada flor y planta que logremos incluir puede significar algo positivo al atraer nuevas especies de insectos y mejorar la calidad del oxígeno. A diferencia de otras especies, el agapanto destaca no solo por su forma exótica sino por los pocos cuidados que cuenta.

En el mundo existen una amplia variedad de plantas que varían en su forma, color y aromas, por lo que es posible elegir aquellas que sean de nuestro gusto en el jardín. Pero algunos demandan demasiados cuidados, que incluso al más mínimo cambio de temperatura o falta de luz se podrían marchitar repentinamente. Es por esto que la flor de agapanto se diferencia de cualquier planta gracias a su adaptabilidad y su belleza única.

La planta de agapanto es una de las más elegidas para incluir dentro del jardín, debido a sus rasgos únicos, en especial su flor de un color azul y blanco. Gracias a esto, están asociadas con un objeto de cambio al aportar más color y textura a los espacios exteriores de casa. Además destaca por su fácil cuidado y resistencia a climas adversos, por lo que podrían incluirse alrededor de los bordes de cualquier pileta.

También conocida como la flor del amor, la planta de agapanto se caracteriza por florecer durante las estaciones de la primavera y el verano, ocasionando así un gran decorado en aquellos espacios al aire libre. Sin embargo, algo que lo hace único, es que logran alcanzar su crecimiento completo hasta 3 años, por lo que tardan en producir su primera flor. Por otro lado, cuentan con otras variantes de colores que van desde el blanco, azul y violeta.

De origen africano, la planta de agapanto puede alcanzar los 50 centímetros de altura, sin contar con la flor, que ayudan a darle un nuevo estilo al jardín. Pero si posees una de estas especies en pleno desarrollo, tendrás que tomar una serie de medidas para que no se muera durante este proceso. Como la más principal, debes regarlo de forma frecuente pero no moderada porque el exceso de agua podría dañarla, al igual que la exposición a las temperaturas frías.