Jardinería
¡Pa' la salsita! Descubre cómo cultivar chile serrano paso a paso
Conoce cómo cultivar chile serrano en tu jardín o huerto personal y descubre algunas de las características de este chile mexicano, muy utilizado en la gastronomía nacional.El chile serrano es una variedad de chile picante originaria de México, muy apreciada por su sabor y su uso en la gastronomía. Su nombre se debe a que se cultiva principalmente en las zonas serranas de los estados de Puebla, Hidalgo y Veracruz. Tiene un tamaño pequeño, de unos 5 cm de largo, y un color verde oscuro que se torna rojo al madurar. Su grado de picor es alto, entre 10 mil y 25 mil unidades Scoville.
Si te gustan los chiles picantes y quieres cultivarlos en tu propio huerto o jardín, te contamos cómo hacerlo paso a paso, cuáles son las características de este chile y cuándo es la mejor época para cultivarlo.
Paso 1: Prepara el suelo
El chile serrano necesita un suelo bien drenado, rico en materia orgánica y con un pH ligeramente ácido, entre 6 y 7. Puedes mejorar la calidad del suelo añadiendo compost o abono orgánico antes de plantar. El chile serrano también requiere una buena exposición al sol, al menos 6 horas diarias, y una temperatura cálida, entre 20 y 30°C.
Paso 2: Siembra las semillas
Puedes sembrar las semillas de chile serrano directamente en el suelo o en semilleros. Si optas por la segunda opción, debes hacerlo con unos dos meses de anticipación al trasplante. Las semillas germinan en unos 10 a 15 días, siempre que mantengas la humedad y el calor adecuados. Puedes ayudarte de un invernadero casero o una bolsa de plástico para crear un efecto invernadero.
Paso 3: Trasplanta las plántulas
Cuando las plántulas tengan unas 4 hojas verdaderas y unos 15 cm de altura, puedes trasplantarlas al lugar definitivo. Debes dejar una distancia de unos 40 cm entre cada planta y regarlas bien después del trasplante. El mejor momento para trasplantar el chile serrano es a finales de la primavera o principios del verano, cuando ya no haya riesgo de heladas.
Paso 4: Cuida el riego y el abonado
El chile serrano necesita un riego regular pero moderado, evitando el encharcamiento y el secado del suelo. Puedes regar cada dos o tres días en verano y cada cinco o seis días en invierno, dependiendo del clima y el tipo de suelo. También es conveniente abonar el chile serrano cada dos semanas con un fertilizante orgánico rico en nitrógeno, fósforo y potasio, para favorecer el crecimiento y la producción de frutos.
Paso 5: Controla las plagas y enfermedades
El chile serrano puede ser atacado por plagas como los pulgones, los ácaros, las moscas blancas o los trips, que se alimentan de la savia de las hojas y los frutos. Para prevenirlos, puedes aplicar insecticidas naturales como el jabón potásico, el aceite de neem o el extracto de ajo. También puedes usar plantas repelentes como el ajo, la cebolla o la albahaca.
Las enfermedades más comunes del chile serrano son las causadas por hongos, como el mildiu, la antracnosis o la pudrición del tallo. Para evitarlas, debes mantener una buena ventilación y drenaje del suelo, evitar el exceso de humedad y retirar las hojas y frutos enfermos. También puedes usar fungicidas naturales como el bicarbonato sódico o el extracto de cola de caballo.