Cuál es el truco utilizado por hoteles 5 estrellas para lavar almohadas y dejarlas siempre blancas y con buen aroma

La limpieza en el hogar es indispensable, más aún cuando se trata de un espacio muy habitado y con diversas amenazas presentes como el polvo y las manchas de suciedad. Esto se puede ver mucho más en las almohadas, las cuales son muy utilizadas para apoyar la cabeza y disponernos a dormir. Pero con el paso de los años este objeto muestra signos de una mala higiene, lo cual nos obliga a dejarlo en la lavadora.

Es sabido que las almohadas, al igual que las sábanas, no escapan de la peligrosidad de la suciedad que capta con facilidad. Un ejemplo claro es nuestro cuerpo, que al reposar sobre ella dejamos piel muerta, sudor y restos de cabello, que más tarde terminan por atraer a los ácaros. Por ello es importante que se someta a un proceso de higiene riguroso a través de la lavadora.  

Es costumbre en varios hogares que las almohadas no sean sometidas a una lavadora, sino que prefieren cambiar las fundas que los recubren. Si bien es una medida recomendable de higiene, no logra ser efectiva si no se emplea una limpieza profunda. Por eso te recomendamos seguir el siguiente truco de lavado, que te ayudará a dejar relucientes y nuevas a estos objetos de descanso.

¿Cómo lavar las almohadas de forma correcta?

Para iniciar con este proceso de higiene, comenzamos por utilizar un spray limpiador que aplicaremos en aquellas zonas que se vean muy manchadas. Luego, con ayuda de la lavadora, agregamos un par de gotas de jabón líquido y dejamos en el interior a las almohadas, lo ideal es que no superen más de 2 para no poner en riesgo al electrodoméstico. Finalmente, accionamos el proceso de lavado caliente, el cual suma mayores posibilidades para quitar todos los rastros de suciedad hasta dejarlas bien blanqueadas.

Una vez que terminemos de usar la lavadora, ahora pasamos al segundo proceso de higiene que consiste en el secado con ayuda de otra máquina o con el mismo electrodoméstico. Mientras está en función, sumamos un par de pelotas de tenis para que no se adhieran más suciedad, pero si las almohadas son de plumón sólo programamos el secado frío. Para cerrar, sólo queda escurrir ambas piezas y los dejamos expuestos al aire libre, acostados o en un tendedero, para que los rayos del sol quiten los restos de humedad.