¿Cómo se realiza la "limpieza de la muerte" que deben practicar todos los mayores de 65?

La "limpieza de la muerte" puede sonar a algo tétrico por su nombre. Pero en realidad se trata de un simple ritual que ha ganado espacio en el último tiempo y que es casi obligatorio que practiquen todos los mayores de 65 años. Es que muchos han logrado encontrar un sentido para pasar de una forma mucho más placentera su ancianidad y también para mejorar a las personas más jóvenes de su familia.

La idea del ritual de la "limpieza de la muerte" ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente entre aquellos que se acercan a la tercera edad. Esta práctica, originada en Suecia, propone una organización y despojo consciente de objetos materiales antes de fallecer, con el objetivo de facilitar la transición a los seres queridos y evitar que se vean sobrecargados con tareas innecesarias.

Cómo se realiza la "limpieza de la muerte"

El proceso de limpieza no es solo una tarea física, sino también un ritual emocional. Implica confrontar recuerdos, tomar decisiones difíciles y desprenderse de objetos que, en algún momento, fueron importantes. Se sugiere comenzar por aquellos lugares que suelen acumular objetos olvidados, como sótanos, altillos o baúles. Allí, se puede iniciar un inventario detallado, clasificando los objetos en categorías como "útiles", "para regalar" o "para desechar". Es fundamental ser honesto consigo mismo y reconocer qué objetos tienen un valor sentimental real y cuáles simplemente ocupan espacio.

Un aspecto crucial de este ritual es la comunicación familiar. Los hijos y nietos pueden jugar un papel fundamental al conversar con sus mayores sobre sus deseos y temores respecto al futuro. Alentar a los adultos mayores a hablar sobre sus pertenencias y a tomar decisiones sobre su legado puede ser un acto de amor y respeto. Además, esta conversación puede ayudar a los jóvenes a comprender mejor la importancia de valorar las cosas y a prepararse para enfrentar la pérdida de un ser querido.

Es importante destacar que la "limpieza de la muerte" no es un ritual que deba realizarse de manera apresurada o traumática. Se trata de un proceso gradual y personalizado, que puede llevar meses o incluso años. Lo fundamental es comenzar con pequeños pasos y celebrar cada logro. Al finalizar este proceso, las personas mayores no solo habrán aliviado la carga de sus seres queridos, sino que también habrán encontrado una nueva sensación de libertad y paz interior.