Duda resuelta
Sobre Claudia Sheinbaum: ¿Se dice “la presidenta” o “la presidente” según la RAE?
La asunción de la nueva mandataria de México ha vuelto a poner el cuestionamiento sobre la denominación de su cargo.
Claudia Sheinbaum es la nueva máxima autoridad del Poder Ejecutivo de México, ocupando una mujer por primera vez en la historia ese cargo. Más allá de lo que pueda ser su futura gestión al frente del país, el primer cuestionamiento tiene que ver con la denominación de su cargo. ¿Presidente o presidenta? Esa es la incógnita que corre por estos días. Pero para eso, la RAE ya tiene la respuesta al respecto.
El caso de Claudia Sheinbaum no es el único que ha planteado la incógnita de la denominación del cargo presidente en caso de que sea una mujer quien ocupe el puesto. Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Michelle Bachelet en Chile o tal vez en un futuro Kamala Harris en Estados Unidos, son algunos de los casos testigos al respecto. Y para eso, nada mejor que la explicación de la Real Academia Española.
Presidenta o presidente, según la RAE
La elección entre "presidente" y "presidenta" para referirse a una mujer que ocupa el cargo máximo de una institución ha sido objeto de debate durante años. La Real Academia Española, máxima autoridad lingüística en el mundo hispanohablante, ha emitido un pronunciamiento al respecto que busca aclarar esta cuestión y la verdad es bastante claro como para disipar todo tipo de dudas.
Si bien es cierto que muchas palabras terminadas en "-nte" admiten el uso común para ambos géneros, como "estudiante", la RAE ha determinado que la forma femenina "presidenta" es la más adecuada y recomendable para designar a una mujer que ejerce este cargo, por encima de la denominación presidente. Esta preferencia se sustenta en el hecho de que "presidenta" está registrada en el Diccionario de la RAE desde 1803, lo que demuestra su larga tradición y uso en el idioma español.
La existencia de formas femeninas específicas para ciertos cargos, como "presidenta", "asistenta" o "infanta", contribuye a visibilizar el papel de las mujeres en la sociedad y a fomentar una representación lingüística más equitativa. Al utilizar "presidenta", se reconoce de manera explícita el género de la persona que ocupa el cargo, evitando así generalizaciones con "presidente" y contribuyendo a una comunicación más precisa y respetuosa.
