No lo podrás creer

Qué significa que mi hijo se chupe el dedo, según la psicología

Los expertos se dedicaron en analizar este fenómeno y estas fueron sus conclusiones.
martes, 11 de junio de 2024 · 07:00

La psicología se ha convertido en una de las disciplinas más recurrentes en el último tiempo por las personas y es que podrán conocer aspectos de la personalidad y de esta manera, saber cómo desempeñarse en varios ámbitos de la vida. También, se encarga de analizar las conductas desde que son pequeños hasta la vejez y si tienes un hijo; lo más probable es que una de las acciones que repita a menudo es que se chupe su dedo y de esto se encargó la psicología.

Desde los tiempos de Sigmund Freud que comenzó a relacionar la psicología con las etapas de la vida y así como abordó el Complejo de Edipo en el niño con su madre, en este caso, los psicólogos abordaron una conducta que es muy común entre los niños y se trata de la acción de chuparse el dedo a una cierta edad y que puede persistir con los años.

Succionarse el dedo es una de las conductas más comunes entre los niños. Fuente iStock

De acuerdo a la psicología, el hecho de que tu hijo se chupe el dedo está relacionado a una conducta y en relación a esto, una psicóloga aseguró: “Desempeña un papel en la vida de nuestros pequeños a nivel emocional y es normal que les cueste dejarlos”. La mayoría de los bebés y pequeños se succionan el dedo durante el primer año como reflejo y que con los años se convierte en un hábito entre los 5 a 6 años.

Pero, si esta acción de succionarse el dedo persiste a una edad superior a los cinco años, la psicología explica que tiene un significado y en relación a esto, Cristina Zárate, miembro de Psicólogos Pozuelo aseguró: “Es posible que se esté transmitiendo un mensaje de que hay un problema emocional”. En muchas ocasiones, argumentan los expertos puede ser el principal mecanismo de regulación emocional.

El significado de que tu hijo se chupe el dedo, según la psicología. Fuente iStock

El que tu hijo se siga chupando los dedos a una edad avanzada puede traer como consecuencia que el crecimiento de los dientes sea imperfecta y esto producirá problemas en el lenguaje; como malformaciones en el paladar. Entre los consejos que dan desde la psicología para que no se succionen el dedo radica en mostrar serenidad y seguridad y empatizar con la etapa del niño; identificar en qué momentos el menor tiene menor necesidad de succión.