Qué pasa si guardo alimentos en ollas de aluminio, según la OMS

Por mucho tiempo uno de los principales materiales con los que se fabrican los trastes de cocina es el aluminio, el cual se califica como un material duradero, ligero y asequible. 

Muchas personas encuentran favorable que instrumentos de cocina como las ollas se fabriquen con este material, pues resulta fácile de limpiar además de  su capacidad para distribuir el calor de manera uniforme durante la cocción.

Sin embargo, cabe destacar que el aluminio puede reaccionar con ciertos alimentos ácidos, como tomates, cítricos y alimentos fermentados, lo que puede alterar el sabor y la textura de los alimentos. 

Es por ello que la Organización Mundial de la Salud señala que guardar la comida en ollas de aluminio no es lo más recomendable. La OMS indica que el espacio húmedo y frío del frigorífico se acelera el proceso de oxidación de las ollas, generalmente hechas de aluminio.

Al entrar en contacto con los alimentos, el aluminio altera sus propiedades y los vuelve peligrosos para el consumo, en especial si entra en contacto con alimentos ácidos.

De acuerdo con una investigación de la Escuela Politécnica Nacional en Ecuador, cocinar en ollas de aluminio puede ser peligroso —dependiendo del tipo de alimento— debido a la migración de aluminio a los alimentos, especialmente en condiciones ácidas, lo que puede representar riesgos para la salud de los consumidores.

Como una alternativa, se pueden utilizar recipientes de plástico o de cristal para guardar los alimentos o bebidas. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, USDA, y su Servicio de Seguridad Alimentaria e Inspección estas, dio las siguientes recomendaciones para guardar de forma correcta la comida:

-Dejar enfriar los alimentos, para que alcancen la temperatura segura de almacenamiento, que es de entre 4 y 5 grados centígrados.

-Guardar los alimentos en recipientes herméticos o sellados.