El agua micelar natural que puedes hacer en tu casa para cerrar poros abiertos y suavizar tu piel

A medida que pasan los años, se vuelve cada vez más difícil cuidar del rostro y su belleza de las arrugas y las líneas de expresión. Por esta sencilla razón, hoy en día existen tratamientos y productos cosméticos que podrían solucionarlo, pero requieren de un gasto enorme de dinero. Para suerte de muchos, existe un tratamiento que ayuda al cuidado de la piel gracias a unos productos conocidos y naturales, las mandarinas.

Al igual que los órganos y otras funciones del cuerpo, sobre la piel aparecen varias amenazas que difícilmente pueden ser tratadas al instante, en especial el rostro. En ese sentido, para prevenir la falta de hidratación y las arrugas existen las aguas micelares que eliminan los rastros de suciedad para evitar la expansión de los poros. Sin embargo, existe la posibilidad de combatirlo de forma amigable gracias a las propiedades ocultas de las mandarinas que mejoran el cuidado de la piel.

¿Cómo se elabora este producto milagroso?

Si bien el factor que más incide en el cuidado de la piel es el estilo de vida y el tipo de alimentación, también se suma el ambiente externo. Es decir, las temperaturas de cada estación del año generan un impacto a nivel estético sobre el rostro y en otras partes del cuerpo. Tal es el caso del invierno, donde el frío puede secarlo y provocar mayores daños como el acné y manchas, siempre y cuando se implementen las mandarinas para darle fin.

Por impensado que suene, las mandarinas están cargadas con demasiada vitamina C, lo cual es beneficioso para el cuidado de la piel. Además, recientes estudios comprobaron su eficacia en la generación de nuevos tejidos y en la limpieza del rostro, al ser un antimicrobiano natural. Sin embargo, lo más interesante de esta fruta es su capacidad para reducir los poros abiertos que producen grandes cantidades de sebo.

Ingredientes:

• 4 mandarinas
• 1 litro de agua

Para dar inicio a esta preparación, comenzamos por lavar y pelar las mandarinas, de las cuales conservaremos las cáscaras. Luego, ponemos a calentar 1 litro de agua en una olla y agregamos los restos de la fruta, la cual dejaremos hervir por otros minutos más. Finalmente, separamos el líquido de los restos sólidos, que vertemos en una cubetera para crear cubitos de hielo para aplicar sobre el rostro y mejorar el cuidado de la piel antes de ir a dormir.