Si tienes estos 6 hábitos, eres una persona influyente; según la psicología

¿Qué dice que una persona es influyente? Seguramente si uno sale a preguntar eso a la calle, se encontrará con respuestas de lo más variadas y diversas. Cada persona puede tener una percepción particular de acuerdo a su historia de vida y las personas de su entorno. Pero también los especialistas en la psicología pueden brindar una opinión más fundamentada a través de los hábitos que suelen tener este tipo de personas.

Sin saberlo, las personas que suelen ser influyentes en su entorno de personas tienen rasgos en común que los destacan. La psicología se ha aventurado a dar su opinión sobre distintos puntos que pueden ayudar a identificar esta conducta. Lo que dicta la psicología puede ayudar a las personas a entender el significado de esta conducta que puede definir tu rumbo en el trabajo y en la vida en general.

Los hábitos de los influyentes

Las personas influyentes se caracterizan por ser auténticas y coherentes con sus valores. No temen expresar sus opiniones y defender aquello en lo que creen, incluso si esto implica ir en contra de la corriente. Esta autenticidad genera confianza y respeto en los demás. En lugar de simplemente dar órdenes, lideran a través del ejemplo. Son congruentes entre lo que dicen y lo que hacen, lo que inspira a otros a seguirlos. Su ética y compromiso son contagiosos.

Lejos de evitar los conflictos, las personas influyentes los ven como oportunidades para aprender y crecer. Fomentan el diálogo y la discusión constructiva, buscando puntos en común y soluciones creativas. La escucha activa es una habilidad fundamental para la influencia. Las personas influyentes prestan atención genuina a lo que otros dicen, mostrando interés y empatía. Esto les permite comprender mejor las necesidades y perspectivas de los demás.

La coherencia entre las palabras y las acciones es esencial para generar confianza. Las personas influyentes se esfuerzan por ser congruentes en todos los ámbitos de su vida. Además, practican la empatía, poniéndose en el lugar del otro para comprender sus sentimientos y motivaciones. El fracaso es inevitable en el camino hacia el éxito. No se rinden ante los obstáculos, sino que los ven como oportunidades para aprender y mejorar. Su resiliencia y capacidad de adaptación son admirables.