Jardinería
Cuál es la mejor forma de podar la lavanda y que estalle de flores los 365 días del año en tu jardín
Se puede utilizar una época en particular que se destaca para realizar la poda de esta olorosa planta.Tener una lavanda hermosa es el sueño de todo amante de la jardinería. Resolver esto de forma sencilla puede resultar desafiante. Por suerte, hay alternativas amigables con el entorno y nuestro bolsillo para ayudar en ese sentido. De hecho se puede utilizar una época en particular que se destaca para realizar la poda de esta olorosa planta y así evitar que muera o tenga malos resultados.
A nadie le agrada lidiar con una lavanda en mal estado. Sin embargo, existen soluciones de jardinería naturales. Hay al menos una forma de poda cada vez más popular entre jardineros y paisajistas que lo eligen porque termina con esta situación. En este nota podrás ver cuál es la mejor forma de podar esta planta y al mismo tiempo lograr que estalle de flores los 365 días del año en tu jardín.
La jardinería de la lavanda
La lavanda, con su aroma embriagador y sus hermosas flores, es una planta imprescindible en cualquier jardín. Para disfrutar de su esplendor durante todo el año, la poda es esencial. El momento ideal para podar la lavanda es inmediatamente después de la primera floración en primavera y nuevamente a finales de agosto, tras la segunda floración en verano. Estas dos podas anuales son cruciales para mantener la planta saludable, compacta y con una floración abundante. Una poda adecuada no solo estimula el crecimiento de nuevas flores, sino que también previene que la planta se vuelva leñosa y pierda su forma.

La técnica de poda correcta es clave para no dañar la lavanda. Se recomienda cortar justo por encima de los dos grupos de hojas inferiores de cada tallo. Es fundamental evitar cortar la parte leñosa de la planta, ya que esto podría perjudicar su crecimiento y salud. Para lograr un corte limpio y preciso, utiliza tijeras de podar afiladas y desinfectadas. Un corte limpio favorece una cicatrización rápida y reduce el riesgo de enfermedades, según dicen los expertos en jardinería.

Algunos jardineros experimentados aplican la regla de un tercio-dos tercios en la poda de la lavanda. Esta técnica consiste en cortar aproximadamente un tercio de la parte superior de la planta, dejando los dos tercios inferiores intactos. Esta regla asegura que se eliminen las flores marchitas y se estimule el crecimiento de nuevos brotes, sin comprometer la estructura de la planta. La regla de un tercio-dos tercios, es una técnica de poda ideal para lavanda, y otras variedades de caléndulas.