Cómo rejuvenecer el rostro después de los 50 con corrector de ojeras bajo la guía de una experta en make up

Cuando la belleza y la creatividad se convierten en aliados, nada puede salir mal. Y justamente una nueva fórmula que se ha popularizado en el mundo de la belleza deja solucionado el problema de tener ojeras en el rostro, una situación que suele decir presente en prácticamente todas las mujeres y hombres a cierta edad. Es que hay una simple tendencia con un tipo de maquillaje que se puede realizar de forma muy sencilla.

El cuidado de la belleza ha experimentado una transformación radical con las nuevas tendencias que se generan. La creatividad sigue avanzando a pasos agigantados, y hoy en día podemos encontrar en el mercado opciones cada vez más inteligentes y eficientes. Es el caso de esta tendencia sobre rejuvenecer el rostro después de los 50 con corrector de ojeras bajo la guía de una experta en make up.

La belleza con maquillaje

La maquilladora María Sánchez nos enseña su técnica para esculpir y elevar la mirada. Para ello, dibuja un primer punto de corrector en el lagrimal, una zona clave que ilumina y abre el ojo al instante. A continuación, aplica un segundo círculo en la esquina exterior del ojo, en el rabillo, con el objetivo de rasgar y levantar la mirada. Esta aplicación de belleza en puntos estratégicos es fundamental para crear un efecto visual de mayor firmeza y juventud.

El secreto de belleza no se detiene en los ojos. Para esculpir el tercio inferior del rostro, Sánchez continúa con dos puntos más de corrector. El tercero lo coloca en la parte inicial del surco nasogeniano, extendiéndolo ligeramente sobre la mejilla, para suavizar esta línea de expresión. El último punto va en la parte baja de la mejilla, cerca de la comisura de la boca, lo que ayuda a elevar y definir el contorno facial.

Una vez aplicados los cuatro puntos, el difuminado es el paso más crucial. La experta en belleza recomienda utilizar una brocha pequeña y difuminar el producto siempre en movimientos ascendentes. Este gesto es el que realmente "levanta" el rostro, creando una apariencia de mayor tensión en la piel y un efecto lifting muy sutil, pero notable. “¡Fíjate dónde los he colocado y difumina bien! El acabado merece la pena,” afirma Sánchez, subrayando que la clave está en la precisión de la aplicación y en el difuminado adecuado para conseguir un rostro visiblemente más fresco y revitalizado.