Reutiliza las cáscaras de limón y haz este potente limpiador de cocina sin químicos

La limpieza del hogar siempre tiene varias alternativas para realizarla. Algunos optan por productos químicos que se pueden obtener en cualquier comercio, mientras que otras personas prefieren utilizar soluciones más naturales. Y en este último mundo se encuentra una técnica que es muy efectiva al momento de dejar la cocina reluciente. Se trata de un preparado muy sencillo con cáscaras de limón.

El secreto de este preparado de limpieza reside en la combinación del ácido cítrico de las cáscaras y el ácido acético del vinagre. Juntos, crean una sinergia que disuelve la grasa, desinfecta las superficies y neutraliza los malos olores de manera natural. Este proceso es un excelente ejemplo de cómo podemos reutilizar recursos que ya tenemos en casa, dándoles una segunda oportunidad y evitando el uso de químicos.

Limpieza de la cocina con cáscaras de limón

Para comenzar el proceso de limpieza, el primer paso es recolectar las cáscaras de tus cítricos preferidos, como limones, naranjas o pomelos. La clave es asegurarse de que estén limpias y sin pulpa, ya que esto podría interferir en el proceso de fermentación. Es recomendable guardarlas en el freezer a medida que las vas usando, así te aseguras de que se mantengan frescas y de acumular una cantidad suficiente para iniciar la preparación. Una vez que tengas una buena cantidad, simplemente colócalas en un frasco de vidrio de boca ancha, listo para el siguiente paso.

El siguiente paso es incorporar el vinagre al preparado de limpieza. Es fundamental que las cáscaras queden completamente sumergidas en el líquido, ya que esto permitirá una correcta extracción de sus aceites y propiedades. El vinagre no solo actúa como un potente solvente, sino que también previene la formación de moho o bacterias durante el tiempo de reposo. Una vez que hayas vertido el vinagre hasta cubrir por completo las cáscaras, cierra bien el frasco para evitar cualquier tipo de evaporación o contaminación.

Ahora es el momento de la paciencia. El preparado de limpieza necesita un mínimo de 20 días de reposo en un lugar fresco y oscuro para que la magia suceda. Durante este tiempo, el vinagre extrae el ácido cítrico de las cáscaras, transformándose en un líquido de limpieza concentrado y fragante. El color del líquido se habrá vuelto más oscuro y la mezcla estará lista para ser utilizada. Finalmente, abre el frasco y cuela el líquido, separándolo de las cáscaras ya utilizadas. Vierte el líquido resultante en una botella rociadora y tienes tu propio limpiador multiusos.