Los detalles del féretro donde la reina Isabel II tendrá su eterno descanso

Hoy se llevó a cabo el último adiós a la reina Isabel II después de que falleciera el pasado 8 de septiembre de 2022 mientras se encontraba en Balmoral. Después de 70 años de reinado, esta despedida fue todo un acto en el que como todo evento real, tendrá un protocolo. A continuación te contaremos algunos detalles acerca del féretro donde descansarán los restos de la ex monarca de Reino Unido.

El ataúd de la reina Isabel II, frente al que desfilaron cientos de miles de personas hasta sus exequias, está hecho de roble inglés y forrado de plomo y fue fabricado hace más de 30 años, según información del diario The Times. Al público no se le permitió ver el rostro de la reina, cuyo féretro permaneció cerrado y cubierto con el estandarte y las insignias reales.

Según el medio antes mencionado, el ataúd de la difunta Isabel II es de roble inglés y está forrado de plomo, como el de su marido, el príncipe Felipe, fallecido en abril de 2021. La empresa funeraria londinense Leverton and Sons, encargada de las exequias reales, explicó al diario británico hace cuatro años que no sabían cuándo ni quién había fabricado ambos ataúdes, que les fueron entregados en 1991 cuando empezaron a trabajar como proveedores oficiales de la casa real británica.

"Es de roble inglés, que es muy difícil de encontrar" y muy caro, explicó entonces su directivo Andrew Leverton. "No es algo que se pueda hacer en un día", aseguró a The Times.

El revestimiento de plomo hace que el ataúd sea hermético, ya que se colocará en una cripta y no se enterrará. Pero lo hace extremadamente pesado para sus ocho portadores. Las asas de latón están diseñadas específicamente para los ataúdes reales, al igual que la tapa, que debe soportar las insignias de la monarquía.

Durante siglos, los reyes, reinas, príncipes y princesas han sido colocados en ataúdes de plomo para conservar mejor sus cuerpos, según reporta IFL Science. El revestimiento de plomo –que lo hace extremadamente pesado para sus ocho portadores– hace que el ataúd sea hermético. 

Según el medio científico, los ataúdes revestidos de plomo ralentizan la descomposición del cuerpo al mantener la humedad fuera del ataúd. El plomo no se descompone y, por lo tanto, permanece hermético, lo que impide la descomposición, pero también que se liberen olores.

El estandarte real, el emblema de la monarquía que tradicionalmente ondeaba sobre Buckingham, Sandrigham o Windsor cuando la reina estaba allí, ha cubierto su ataúd en esta despedida. Sobre el féretro se han colocado también dos insignias reales, el cetro y el orbe, un globo terráqueo rematado por una cruz que simboliza el mundo cristiano.

Durante todo el funeral de este lunes, una corona de flores adornó el ataúd de Isabel II, el rey Carlos III las eligió y los ramos fueron cortados de los jardines de varias de las queridas casas de la monarca. La corona también incluyó mirto tomado del arbusto en Osborne House. Fue tomado de una planta cultivada a partir de la ramita de mirto utilizada en el ramo de bodas de Isabel II. 

Entre las flores que adornaron también se encontraban hojas de roble inglés y romero. Dentro de estas, se encontraba una tarjeta blanca y se pudo saber que era una carta firmada por el ahora rey Carlos III.