Tiroteo en Uvalde: bodycam de la policía muestra caos en la respuesta ante la masacre

Más de tres horas de grabación de unas bodycam de la policía de Uvalde muestran la caótica respuesta de las autoridades ante el tiroteo masivo del 24 de mayo en la escuela primaria Robb Elementary, el cual resultó en el asesinato de 19 estudiantes y dos maestras. En las imágenes se aprecia a cientos de agentes reunidos en las instalaciones, pero sin confrontar al atacante durante más de una hora. El material se publicó el domingo 17 de julio, horas después de que se diera a conocer un informe del comité de investigación de la Cámara de Representantes de Texas que examina el caso, el cual también muestra diversas fallas en la actuación de la policía. 

Esto muestran las bodycam de la policía que acudió a la masacre 

Entre el material de las bodycam de los policías de Uvalde hay un video de varios oficiales reaccionando a un reporte de que un niño dentro de la escuela había llamado al 911, aproximadamente 30 minutos después de que comenzara el tiroteo. “La sala está llena de víctimas. Niño llama al 911”, se escucha decir a un policía.

Otro video de una bodycam pertenenciente al sargento Eduardo Canales, jefe del equipo SWAT de la ciudad, muestra al oficial acercándose a las aulas cuando sonaron los disparos a las 11:37 de la mañana. Un minuto después, Canales dice: “Amigo, tenemos que entrar ahí. Tenemos que entrar allí, él sigue disparando. Tenemos que entrar allí". Mientras, se escucha a otro oficial diciendo: “DPS está enviando a su gente”.

No fue sino hasta 72 minutos después, a las 12:50 de la tarde, cuando los oficiales finalmente irrumpieron en las aulas y mataron al perpetrador, Salvador Ramos.

Los hallazgos del comité de investigación sobre el tiroteo en Uvalde

Según el informe, casi 400 agentes acudieron a la escuela, pero su toma de decisiones fue "extremadamente mala", y resultó en más de una hora de caos antes de que el atacante finalmente fuera confrontado y asesinado. La gran mayoría de quienes respondieron eran fuerzas federales y estatales. Eso incluyó a casi 150 agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y a 91 oficiales de la policía estatal.

El informe del comité y los archivos de las bodycam representan el relato más completo hasta la fecha del tiroteo escolar, el cual ha sido calificado como uno de los peores en la historia de los Estados Unidos. Se elaboró con semanas de entrevistas a puertas cerradas con más de 40 personas, incluidos testigos y policías que estaban en la escena del tiroteo.

“En la Robb Elementary, los encargados de hacer cumplir la ley no se adhirieron a su entrenamiento de tirador activo, y no priorizaron salvar vidas inocentes sobre su propia seguridad”, asegura el texto. Además, revela que Salvador Ramos, el tirador, disparó aproximadamente 142 rondas dentro del edificio escolar, y es "casi seguro" que al menos 100 disparos ocurrieron antes de que entrara cualquier oficial.

Algunas fallas de la policía que ha expuesto el informe son:  

• Nadie asumió el mando a pesar de que decenas de oficiales estaban en la escena.
• El comandante de un equipo táctico de la Patrulla Fronteriza esperó un escudo antibalas y una llave maestra que funcionaba para una puerta de las aulas, un elemento que quizás ni siquiera se necesitaba antes de entrar.
• Un oficial del Departamento de Policía de Uvalde dijo que escuchó sobre llamadas al 911 que provenían del interior de los salones de clase, y que tenía entendido que los policías en un lado del edificio sabían que había víctimas atrapadas adentro. Aun así, nadie intentó entrar en las aulas.
• El comité no “recibió evidencia médica” para demostrar que si la policía hubiera actuado antes se habrían salvado vidas. Sin embargo, concluyó que “es plausible que algunas víctimas podrían haber sobrevivido si no hubieran tenido que esperar 73 minutos adicionales para ser rescatadas”.

El comité de investigación criticó como "indiferente" el enfoque de los cientos de oficiales que rodearon la escuela, y concluyó que algunos oficiales esperaron porque confiaron en mala información, mientras que otros “tenían suficiente información para haber actuado mejor”.

Los miembros del comité de investigación invitaron a las familias de las víctimas a discutir el informe en privado después de la conferencia de prensa donde se dieron a conocer los hallazgos. Tina Quintanilla-Taylor, cuya hija sobrevivió al tiroteo, mostró su descontento y dijo que el comité debería haber respondido las preguntas de la comunidad, no solo de los medios. "Estoy cabreada. Necesitan regresar y brindarnos toda su atención. Estos líderes no son líderes”, declaró.

Por su parte, Michael Brown, padre de otro niño sobreviviente, dijo que aún no ha leído el informe, pero que ya sabía lo suficiente como para decir que la policía “tiene las manos manchadas de sangre”.

Los investigadores de la Cámara de Representantes de Texas dijeron que no era su trabajo determinar si los oficiales debían rendir cuentas, ya que las decisiones recaían en cada agencia. Antes del domingo, solo se sabía que uno de los cientos de oficiales en la escena, Pete Arredondo, el jefe de policía del distrito escolar de Uvalde, estaba de licencia.

Un efecto inmediato que tuvieron los hallazgos del informe fue que el teniente Mariano Pargas, oficial del Departamento de Policía de Uvalde y jefe interino de la policía de la ciudad durante la masacre, fue puesto bajo licencia administrativa. Por su parte, el alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, dijo que se iniciaría una investigación para determinar si Pargas debería haber tomado el mando de la escena.

El alcalde también reveló por primera vez que algunos oficiales habían dejado la fuerza policial desde el tiroteo, pero no proporcionó un número exacto. Solo declaró que se trataba de hasta tres elementos.