Yvon Chouinard, creador de la marca 'Patagonia', dona la empresa para ayudar a combatir la crisis climática

Desde 1957, Yvon Chouinard comenzó a vender material de montaña forjado, hecho completamente a mano. Con un enfoque ecologista y al ser un empedernido del deporte emprendió con una de las marcas de ropa sustentable para el aire libre más famosas de la industria. El escalador y ahora empresario multimillonario de 83 años se despide de su empresa de prendas deportivas, Patagonia, por un motivo muy puntual: Este miércoles anunció que cederá su empresa a un fideicomiso que utilizará sus ganancias para combatir la crisis climática. 

Chouinard, su esposa Malinda y sus dos hijos, Fletcher y Claire, transfirieron su marca, valuada en tres mil millones de dólares a un fideicomiso, diseñado para incentivar una asociación sin fines de lucro, enfocada a combatir la crisis climática y proteger terrenos no urbanizados en todo el mundo.

El Sr. Chouinard, quien simplemente decidió ofrecer su empresa para una buena causa, en lugar de venderla o sacarla de la bolsa de valores, dijo que renuncia a los millones de dólares de la familia para apoyar una causa que se convirtió en su pasión desde hace muchos años: ayudar al planeta. 

"Esperemos que esto influya en una nueva forma de capitalismo que no acabe con unos pocos ricos y un montón de pobres", dijo el Chouinard, en entrevista para The New York Times. "Vamos a regalar la máxima cantidad de dinero a las personas que trabajan activamente para salvar este planeta".

La ahora empresa privada de ropa seguirá activa como solía hacerlo. Solo que ahora, los Chouinard ya no serán los dueños. La familia transfirió de forma definitiva todas las acciones con derecho a voto de la empresa, equivalentes al 2% de las acciones totales a la nueva entidad conocida como Patagonia Purpose Trust. Pagarán más de 17 millones y medio de dólares en impuestos por esta donación. 

El otro 98% de las acciones ordinarias de Patagonia fue donada a Holdfast Collective, quien se encargará de distribuir las ganancias entre sus esfuerzos por salvar la Tierra. 

"No sabía qué hacer con la empresa porque nunca quise una empresa", dijo el magnate de 83 años. "No quería ser un hombre de negocios. Ahora podría morirme mañana y la empresa va a seguir haciendo lo correcto durante los próximos 50 años, y yo no tengo que estar por aquí". 

En un carta publicada a través de la página oficial de Patagonia, Yvon dijo que "la Tierra ahora es nuestro único accionista". 

La Carta de Yvon Chouinard, ex dueño de la marca de ropa, Patogonia

Nunca quise ser un hombre de negocios. Empecé como artesano, fabricando material de escalada para mis amigos y para mí mismo, y luego me metí en el mundo de la ropa. Cuando empezamos a ser testigos del alcance del calentamiento global y la destrucción ecológica, y de nuestra propia contribución a ello, Patagonia se comprometió a utilizar nuestra empresa para cambiar la forma de hacer negocios. Si podíamos hacer lo correcto y al mismo tiempo ganar lo suficiente para pagar las facturas, podríamos influir en los clientes y en otras empresas, y tal vez cambiar el sistema en el camino.

Empezamos con nuestros productos, utilizando materiales que causaban menos daño al medio ambiente. Regalamos el 1% de las ventas cada año. Nos convertimos en una B Corp certificada y en una corporación benéfica de California, escribiendo nuestros valores en nuestros estatutos corporativos para que se preservaran. Más recientemente, en 2018, cambiamos el propósito de la empresa a: Estamos en el negocio para salvar nuestro planeta natal.

Aunque estamos haciendo todo lo posible para abordar la crisis medioambiental, no es suficiente. Teníamos que encontrar una forma de destinar más dinero a la lucha contra la crisis manteniendo intactos los valores de la empresa".

"A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Así que creamos las nuestras".

Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero. Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario mantuviera nuestros valores o mantuviera a nuestro equipo de personas en todo el mundo.

Otro camino era sacar la empresa a bolsa. Qué desastre habría sido eso. Incluso las empresas públicas con buenas intenciones están sometidas a demasiada presión para obtener beneficios a corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo.

A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Así que creamos la nuestra.

En lugar de "salir a bolsa", se podría decir que "vamos de propósito". En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza para los inversores, utilizaremos la riqueza que crea la Patagonia para proteger la fuente de toda riqueza.

Así es como funciona: El 100% de las acciones con derecho a voto de la empresa se transfiere al Patagonia Purpose Trust, creado para proteger los valores de la empresa; y el 100% de las acciones sin derecho a voto se ha entregado al Holdfast Collective, una organización sin ánimo de lucro dedicada a luchar contra la crisis medioambiental y a defender la naturaleza. La financiación provendrá de Patagonia: Cada año, el dinero que ganemos después de reinvertir en el negocio se distribuirá como dividendo para ayudar a luchar contra la crisis.

Han pasado casi 50 años desde que comenzamos nuestro experimento de empresa responsable, y sólo estamos empezando. Si tenemos alguna esperanza de tener un planeta próspero -y mucho menos una empresa próspera- dentro de 50 años, va a ser necesario que todos hagamos lo que podamos con los recursos que tenemos. Esta es otra forma que hemos encontrado para hacer nuestra parte.

A pesar de su inmensidad, los recursos de la Tierra no son infinitos, y está claro que hemos superado sus límites. Pero también es resistente. Podemos salvar nuestro planeta si nos comprometemos a ello.