Maryland: Tiroteo en funeral de niña de 10 años deja dos como resultado dos heridos y un muerto

Dos personas recibieron disparos y una falleció en un tiroteo que tuvo lugar en un funeral de Maryland. El servicio funerario se trataba de una víctima de violencia armada de tan sólo 10 años de edad, dijeron las autoridades. 

El tiroteo ocurrió el martes 6 de junio por la tarde en el Cementerio Nacional de Washington en el condado de Prince George, según un informe de ABC News.

Hablando en una conferencia de prensa el martes, el alcalde David Blazer de la policía del condado de Prince George dijo que las autoridades recibieron "numerosas llamadas" en relación con un disturbio en el cementerio poco después de la 1:15 pm hora local. Al llegar, la policía encontró a un hombre y una mujer que sufrían heridas de bala. Posteriormente, el hombre fue declarado muerto. 

“La mujer adulta está siendo tratada por heridas que no ponen en peligro la vida en este momento”, dijo Blazer.

David Blazer agregó que los individuos “no estaban directamente relacionados con el funeral de la niña de 10 años” y que la policía creía que el tiroteo era una disputa “totalmente ajena a lo que estaba pasando con el funeral”.

Blazer confirmó que una persona está bajo custodia luego del tiroteo y dijo que las autoridades están “investigando las circunstancias de ese arresto para ver si está relacionado”.

No se dieron a conocer los nombres de las víctimas ni el nombre del presunto tirador. La policía tampoco confirmó si el funeral pudo llevarse a cabo después del incidente. 

Según el Departamento de Policía Metropolitana de Washington DC, Arianna Davis, de 10 años, recibió un disparo el 13 de mayo mientras viajaba en un automóvil con su familia en el noreste de Washington. Murió tres días después, el 17 de mayo, dijeron las autoridades. 

Se ofrece una recompensa de hasta $45 mil dólares a cualquier persona que pueda tener información que conduzca a un arresto y condena.

Hablando después de que se confirmara la muerte de la niña de 10 años el mes pasado, el jefe Robert J. Contee III calificó la situación como desgarradora. 

“Me rompe el corazón”, dijo, según un informe de The Washington Post. “Mientras tengamos la conversación sobre personas que mueren como resultado de armas de fuego ilegales en manos de personas que no deberían tenerlas, entonces nos queda mucho trabajo por hacer”.