Astronomía

Conoce todos los secretos detrás del 'reloj de arena estelar', captado por el telescopio James Webb de la NASA

Esta protoestrella en forma de 'reloj de arena' es una de las claves para entender la formación de nuestro propio Sol y sistema solar.
miércoles, 16 de noviembre de 2022 · 19:35

La cámara infrarroja (NIRCam, por sus siglas en inglés) del telescopio espacial James Webb de la NASA reveló nuevos detalles sobre la formación de protoestrellas, en uno de los sistemas de formación más peculiares captados por el instrumento astronómico. Se trata de la nube oscura L1527, un capa de polvo y gas estelar resplandeciente que se ubica en la constelación de Tauro, la cual posee una forma muy característica y se convierte en un objeto de estudio ideal para entender la creación de nuestro propio sistema solar. 

La protoestrella se encuentra dentro del "cuello" de esta nube en forma de reloj de arena. La luz que emite se filtra por encima y por debajo de los discos de gas y polvo circundantes, logrando un efecto peculiar. Estas estrellas en proceso de formación corresponden a la primera etapa de evolución en un astro, la cual parte de la contracción de  hidrógeno, helio y partículas de polvo que componen estas nubes.

La ondas nubosas de color naranja y azul en la imagen forman las cavidades de este 'reloj de arena', mismas que obtienen esta forma debido a la expulsión y choque de material cósmico de la protoestrella con la nubosidad que le rodea. Las zonas azules indicar las áreas donde el polvo es más delgado, mientras más gruesa es la capa, menos luz deja escapar, creando la tonalidad naranja

CIENCIA: NASA, ESA, CSA, STScI
PROCESAMIENTO DE IMÁGENES: Joseph DePasquale (STScI), Alyssa Pagan (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI)

El telescopio James Webb muestra filamentos de hidrógeno molecular que son impactados cuando la protoestrella 'eructa' el material hacia arriba o abajo. Las potentes eyecciones inhiben la formación de otras estrellas circundantes, puesto que el impacto y la turbulencia son mayores. De otra manera, habría más estrellas alrededor de toda la nube, pero contrariamente la protoestrella domina el espacio y se queda con gran parte del material que le rodea. 

La formación L1527 es relativamente joven, pues a penas tiene 100 mil años de antigüedad. Es considera una protoestrella de clase cero, que es la etapa más temprana de formación estelar. Este tipo de astros aún tiene un largo camino por recorrer dentro de la evolución de estrellas en el universo, puesto que aún no genera su propia energía mediante la fusión nuclear de hidrógeno, que es una característica esencial de las estrellas, según el comunicado oficial de la NASA. Tampoco ha alcanzado la forma ideal de una estrella, pues aún no es completamente esférica, su forma es inestable y apenas tiene entre un 20 y 40% de la masa de nuestro Sol.

La misma formación nubosa de material circundante que existe alrededor de la estrella, conocida como 'disco de creación', se encargará de alimentar a la protoestrella, aumentar su masa, comprimirla aún más y llevarla a la fusión nuclear. 

El disco que la rodea mide aproximadamente lo mismo que nuestro sistema solar. La perspectiva que el Webb brindó es una ventana al pasado de cómo se veía nuestro propio Sol y nuestro sistema solar cuando aún era una pequeña formación nubosa de material.