Los lagos del mundo se vuelven ácidos gracias a las emisiones contaminantes de CO2, según estudio

Los grandes lagos del mundo podrían volverse ácidos, lo que haría de estas ubicaciones acuosas un lugar inhóspito para las especies animales y herbáceas, según una reciente investigación. Los científicos descubrieron que este efecto se debe por la absorción de dióxido de carbono, el principal contaminante y causante de la crisis climática actual provocada por la raza humana. 

Esta acidificación pone en peligro arrecifes de coral y otras formas de vida marina. "¿Significa eso que su pez favorito podría dejar de existir? No lo sabemos, pero sabemos que las cosas cambiarán. Quizá dónde y cuándo desoven, dónde se encuentren, qué coman", dijo Reagan Errera, ecólogo investigador del Laboratorio de Investigación Medioambiental de los Grandes Lagos de la NOAA en Ann Arbor, Michigan.

Los expertos realizaron una análisis de tendencias químicas con el agua del lago hurón, ubicado en la zona central entre Estados Unidos y Canadá. Galen McKinley, profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Columbia, dijo que esto no significa que las aguas sean "inseguras para nadaR", pues no es como si el líquido se convirtiera en un "super ácido" para baterías. "Estamos hablando de un cambio a largo plazo en el medio ambiente que para los humanos sería imperceptible", explicó. 

Los datos del proyecto en el lago hurón ayudarán a determinar si los grandes lagos podrían acercarse a un acidez aproximadamente al mismo ritmo que los océanos para 2100. El estudio supone que la acidificación no sólo perjudicaría la vida acuática y el hábitat, sino los cientos de pecios de madera que se cree que descansan en el fondo, según Stephanie Gandulla, coordinadora de protección de recursos del santuario y codirectora del estudio.

Hasta el momento se han instalado sensores sobre una boya meteorológica flotante en el Santuario Marino Nacional de Thunder Bay, cerca de Alpena (Michigan). Un de ellos medirá la presión del dióxido de carbono y otro el pH. Los equipos también recolectan muestras en diferentes profundidades dentro de una zona de más de 11 mil 100 kilómetros cuadrados para su análisis químico. El objetivo de las recolecciones es tener mediciones de referencia y su cambio con el tiempo, dijo Errera. 

La acidez del agua por exposición al dióxido de carbono atmosférico es muy distinta a la lluvia ácida, causada por el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno que proviene de la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad o fabricación. 

Los científicos dicen que el efecto de la acidificación en los cuerpos de agua es potencialmente más dañina que la lluvia ácida porque no hay una solución para ello más fácil ni rápida. La única alternativa es que "todo el mundo reduzca sus emisiones", dijo McKinley. 

Independientemente de lo bien que lo consigan las naciones, los grandes lagos probablemente seguirán acidificándose a medida que absorban el dióxido de carbono que ya está en la atmósfera, además del agua de lluvia cargada de carbono procedente de la tierra, explicó el Galen. 

Los estudios sobre los efectos ecosistémicos han suscitado cierta preocupación. Existen pruebas de laboratorio que documentaron que el aumento de la acidez pueden poner en peligro ciertas especies que son el alimento de otros anfibios o peces. Otro estudio sugiere que la acidificación del agua perjudica el desarrollo y crecimiento de crías de salmón rosado, una importante especia de la pesca comercial. 

La posible alteración de los ecosistemas de agua dulce es uno de los muchos ejemplos del largo alcance del calentamiento global.

"Los gases de efecto invernadero que emitimos a la atmósfera tienen que ir a alguna parte", afirma Errera. "Van a parar a los océanos y a las grandes masas de agua dulce, y como consecuencia se produce la acidificación". 

Con información de AP