Ciencia

Científicos descubren que todos tenemos un doble en el mundo, con quien compartimos ADN

¿Algunas vez has visto a alguien muy parecido a ti o a otra persona? Probablemente compartan material genético y no necesariamente tienen un parentesco familiar.
miércoles, 31 de agosto de 2022 · 16:06

Es probable que en algún otro lugar del planeta se encuentre tu ‘gemelo sin vínculo’, una persona que comparte características físicas muy similares a las tuyas, pero sin ningún vínculo familiar posible. Investigadores españoles concluyeron en un estudio que estas personas con gran parentesco coinciden genéticamente en relación a su aspecto. Y no solo eso, estos dobles también podrían compartir hábitos y comportamientos semejantes

Manel Esteller, investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona, España, se inspiró en el trabajo fotográfico de François Brunelle, un artista canadiense que ha capturado a más de 250 parejas físicamente similares pero sin ningún parentesco familiar durante 20 años para la serie artística ‘I’m not a look-alike!’. 

Esteller, quien ya había estudiado las diferencias físicas entre gemelos idénticos, decidió estudiar totalmente lo contrario y preguntarse cuáles serían las similitudes entre dos personas muy parecidas pero sin ningún vínculo genealógico

“En 2005 descubrimos que los gemelos idénticos, llamados monocigóticos, tenían el mismo ADN y diferencias en el epigenoma. Así que decidí mirar el otro lado de la moneda: gente que se parecía, pero no eran gemelos. Quería saber cuánto (de este parecido) estaba en la naturaleza o en el ambiente que los rodeaba”, explicó Esteller.

Nuno Filipe Mendes Godhino y   Miguel Gonçalo Costa Silvestre   en Lisboa, Portugal 2010. Foto: François Brunelle 

Para este estudio, Manel congregó a 32 de las parejas y las sometió a pruebas de ADN, un cuestionario sobre su estilo de vida y un proceso de reconocimiento facial a través de un software que cuantifica sus similitudes. 16 de estas parejas obtuvieron una puntuación parecida a la de los gemelos idénticos anteriormente estudiados. El investigador extrajo su ADN y concluyó que compartían una cantidad genética muy significativa en comparación a las otras personas que el mismo software determinó como no tan parecidas. 

Stéphane Morin y Claude-Simon Langlois en Montréal, Canada, 2004. Foto: François Brunelle 

“Encontramos que lo que más une es su secuencia de ADN, su genoma. Por azar, se acaban produciendo genomas similares y eso es porque hay tanta gente en el mundo que se va repitiendo el ADN”, aclaró el científico. Añadió que se suponía que las personas que tienen más similitudes compartirán más genes, pero solo era una especulación y jamás se había comprobado hasta ahora.

Aunque los genomas unen a estos grupos de gemelos sin vínculo, existen otros factores que los separan por completo. Por ejemplo, los epigenomas, compuestos químicos que determinan al genoma, que lo cambian o modifican y le dicen qué, dónde y cuándo hacer algo. Las experiencias o factores externos a lo largo de la vida de alguien pueden cambiar la forma en la que se expresa su ADN. Lo vivido por nuestros antepasados y lo que yace de nuestra propia experiencia, determina si se activan o no ciertos genes. Esta es la tarea de los epigenomas

Otro factor son microbiomas, “un copiloto” microscópico que conforma el ecosistema de microorganismos, como las bacterias, hongos o virus que habitan nuestro cuerpo. 

 “La genética los une, y la epigenética y el microbioma los separa”, dijo Esteller

Luisa López y Daniela Rincón en Bogotá, Colombia, 2014. Foto: François Brunelle

El científico dio una mayor atribución a las similitudes genéticas compartidas que a las experiencias de vida compartidas entre dos personas muy parecidas. Esteller también sugirió que este descubrimiento podría ayudar al diagnóstico de enfermedades, pues el hecho de que sean tan similares, podría ser susceptible a padecer ciertas enfermedades.

Además de que los vínculos faciales y los patrones de comportamiento puedan ayudar algún día a la ciencia forense y al detección de sospechosos a través de sus muestras de ADN. 

Con información del New York Times y El País