El Beso

Encuentran tablilla de arcilla mesopotámica con uno de los primeros registros del beso entre humanos

Los hallazgos de esta tabilla de arcilla mesopotámica no solo revelan los primeros indicios del beso humano, sino que también suponen que esto no era exclusivo de una sola región.
viernes, 26 de mayo de 2023 · 19:40

Un grupo de científicos encontró el primer registro en de un beso humano y se remonta a hace más de cuatro mil 500 años en el antiguo medio oriente. 

Antes de este hallazgo, se creía que estos vestigios no eran tan ancestrales, pero ahora los expertos encontraron pruebas contundentes de que los besos se practicaban en algunas de las primeras sociedades mesopotámicas, mismos que fueron documentados en textos antiguos desde el 2500 a.C. 

De acuerdo con un artículo publicado en la revista Science, los investigadores creen que los besos pudieron haber contribuido a la propagación de enfermedades de transmisión oral, como lo es el herpes labial y la difteria. 

Aunque anteriormente se sugirió que los besos en señal de amistad o familiares eran un comportamiento común entre los humanos a través del tiempo, no se pensaba que los besos de índole romántico o sexual fueran culturalmente universales. 

Los resultados obtenidos arrojaron que lo besos eran considerados como parte de un ritual íntimo-romántico en muchas culturas primigenias y que no se originaron en una región específica. Una hipótesis anterior sugería que los primeros indicios del beso procedían de lo que hoy se conoce como la India en el año 1500 a.C. 

Los textos de la antigua Mesopotamia sugerían que los besos eran algo que hacían las parejas casadas, aunque también se consideraban parte de los deseos de una persona soltera cuando estaba enamorada.

THE BRITISH MUSEUM/CC BY-SA 4.0

El Dr. Troels Pank Arbøll, experto en la historia medicinal de Mesopotamia de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), afirmó: "En la antigua Mesopotamia, que es el nombre de las primeras culturas humanas que existieron entre los ríos Éufrates y Tigris, en los actuales Irak y Siria, se escribía en escritura cuneiforme (marcas en forma de cuña) en tablillas de arcilla". 

"Muchos miles de estas tablillas de arcilla han sobrevivido hasta nuestros días, y contienen ejemplos claros de que los besos se consideraban parte de la intimidad romántica en la antigüedad, al igual que los besos podían formar parte de las relaciones de amistad y de parentesco", añadió el historiador. 

"Por lo tanto, el beso no debe considerarse una costumbre que se originó exclusivamente en una sola región y se extendió desde allí, sino que más bien parece haberse practicado en múltiples culturas antiguas a lo largo de varios milenios", dijo Arbøll. 

Esto también se ha demostrado inclusive en otras especies, tales como en el mono bonobo o en los chimpancés, cuyos besos también se vinculan con una afinidad romántico-sexual. Al ser los parientes vivos más cercanos a los humanos, los científicos afirmaron que estas prácticas apuntan a la antigua presencia y evolución de este comportamiento en lo nuestra especie.

Con información de The Guardian