¿Adiós estrellas?

Las estrellas podrían dejar de ser visibles dentro de 20 años debido a la contaminación lumínica, según expertos

El uso indiscriminado de iluminación exterior podría disminuir drásticamente la visibilidad de los cielos nocturnos y todas sus estrellas de aquí a 20 años, afirman los expertos.
viernes, 2 de junio de 2023 · 17:02

El aumento de las emisiones lumínicas artificiales evita que admiremos el cielo como lo habrían visto nuestros antepasados, inclusive como lo podrían ver las futuras generaciones. De acuerdo con los expertos, el uso indiscriminado de iluminación exterior, alumbrado público, publicidad y recintos deportivos podría provocar que la Vía Láctea y casi cualquier estrella sea totalmente invisible de aquí a 20 años. 

"El cielo nocturno forma parte de nuestro entorno y sería una gran privación que la próxima generación no llegara a verlo, igual que lo sería que no viera nunca un nido de pájaros", afirmó Martin Rees, astrónomo. "No hace falta ser astrónomo para preocuparse por esto. No soy ornitólogo, pero si no hubiera pájaros cantores en mi jardín, me sentiría empobrecido".

Rees, quien forma parte de grupo parlamentario multipartidista para los cielos oscuros en el Reino Unido, elaboró un informe con una serie de medidas para contrarrestar la contaminación lumínica. Entre éstas figuran la creación de una comisión para la regulación del uso de estas luces y normas estrictas sobre la densidad y la dirección de la iluminación

De acuerdo con un estudio publicado por Christopher Kyba, del Centro Alemán de Geociencias, la iluminación artificial aumenta alrededor de un 10% cada año, lo que amenaza la manera en la que vemos la estrellas en los cielos nocturnos, salvo las más brillantes. Esto quiere decir que si un niño nace en un lugar donde se vela 250 estrellas por la noche, cuando cumpla 18 solo podrá ver alrededor de 100. Y bueno, siendo la contaminación atmosférica otro elemento desfavorable, las personas de mayor edad inclusive ya podrían constatarlo. 

"Hace un par de generaciones, la gente se habría enfrentado regularmente a esta brillante visión del cosmos, pero lo que antes era universal ahora es extremadamente raro. Sólo las personas más ricas del mundo, y algunas de las más pobres, lo experimentan. Para todos los demás, más o menos ha desaparecido", comentó Kyba al periódico The Observer. 

De garantizarse que las luces estén bien dirigidas o apuntaladas hacia abajo, que se limite su luminosidad y que no sean predominantemente blancas o azules y tengan tonalidades rojas o naranjas, las estrellas en el cielo aún podrían ser visibles. "Medidas de este tipo tendrían un impacto enorme", añadió.

Aunque para la mayoría de los seres humanos no sea un problema del que preocuparse, esto podría traer un impacto astronómico y cultural para la humanidad. Pero el problema no termina ahí, pues las consecuencias ecológicas también podrían acervarse. Las tortugas marinas y las aves migratorias se guían por la luz de la luna. La contaminación lumínica hace que se confundan y pierdan el rumbo. Los insectos, una fuente de alimento clave para las aves y otros animales, se ven atraídos por las luces artificiales y mueren inmediatamente al entrar en contacto con la fuente.

Los argumentos contra la contaminación lumínica van mucho más allá. Las emisiones azuladas de los LED carecen casi por completo de luz roja o infrarroja cercana, afirmó el profesor Robert Fosbury, del Instituto de Oftalmología del University College de Londres (UCL) y esto también es dañino para el cuerpo humano. 

"Nos estamos quedando sin luz roja ni infrarroja, y eso tiene graves consecuencias", afirmó. "Cuando la luz rojiza incide sobre nuestro cuerpo, estimula mecanismos como los que descomponen los altos niveles de azúcar en la sangre o estimulan la producción de melatonina. Desde la introducción de la iluminación fluorescente y posteriormente de los LED, esa parte del espectro se ha eliminado de la luz artificial y creo que está influyendo en las oleadas de obesidad y el aumento de los casos de diabetes que vemos hoy en día".

"Va a hacer falta un gran esfuerzo para cambiar la faz del planeta y convertir los LED en una iluminación más respetuosa", añadió Fosbury. Va a ser un gran trabajo, pero tenemos que hacerlo porque está teniendo un efecto muy perjudicial para la salud humana".

Con información de 'The Guardian'