Estudios científicos
Caminar y hacer yoga ayuda a personas con cáncer a evitar la propagación o reaparición de la enfermedad, según estudio
Mantenerse activo y evitar el sedentarismo al caminar, hacer yoga o hasta caminar al super por la despensa. en personas con cáncer, evita la propagación o reaparición de la enfermedad, según estudioCaminar 30 minutos al día y practicar yoga puede ayudar a reducir la propagación del cáncer y disminuir el riesgo de que la enfermedad se extienda, reaparezca o provoque la muerte, según sugiere una investigación.
El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, según la OMS: tan sólo en 2022 se le atribuyeron a esta enfermedad más de 18 millones de defunciones. Ahora, los investigadores del cáncer en el mundo continúan aprendiendo más sobre los beneficios de mantenerse activo después del diagnóstico. Por muchos años, oncólogos y profesionales de la salud se mostraron renuentes a animar a los pacientes de cáncer a hacer ejercicio después de un tratamiento que de por sí ya es agotador. Pero parece que esta tendencia está cambiando.
En tres estudios presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), el congreso sobre cáncer más importante del mundo, le dieron un gran peso a la creciente evidencia de que la actividad física puede ayudar a los pacientes y no a perjudicarlos.
En la conferencia realizada en la ciudad de Chicago, la Dra. Melissa Hudson, experta en supervivencia al cáncer, afirmó: "Estás enfermo, tómatelo con calma y descansa". Ahora, cada vez más médicos opinan que los pacientes deben reanudar el ejercicio, aunque sea gradualmente al principio, "cuanto antes".
El primer estudio: El yoga sobre la inflamación por cáncer
El primer estudio examinó los efectos del yoga sobre la inflamación, la cual puede ser de su importancia en el desarrollo del cáncer, pues favorece el crecimiento del tumor y su propagación en el cuerpo. Para este análisis se reclutaron más de 500 pacientes de cáncer con 56 años de edad en todo Estados Unidos. Todos recibieron tratamientos para la enfermedad durante dos meses y cinco años.
Al azar, se les recomendó hacer yoga o asistir a clases de educación sanitaria durante un mes. Cada uno de los grupos participó en sesiones de más de una hora dos veces por semana durante cuatro semanas.
Después se sometieron a un análisis de sangre. Los que practicaban yoga tenían "niveles significativamente más bajos de marcadores proinflamatorios" a diferencia de los otros pacientes, según revelaron en la investigación dirigida por el Centro Médico de la Universidad de Rochester.
"Nuestros datos sugieren que el yoga reduce significativamente la inflamación entre los supervivientes de cáncer", escribieron los autores del estudio en un informe publicado durante de la ASCO.
"Los clínicos deberían considerar la prescripción de yoga para los supervivientes que experimentan inflamación, lo que puede conducir a una alta carga de toxicidad crónica y un mayor riesgo de progresión, recurrencia y segundos cánceres", comentaron.
Karen Mustian, investigadora principal, añadió: "Lo que les digo a los médicos es que deberían recomendarles a los pacientes de cáncer el yoga como una opción y deberían ayudarles a encontrar lugares en su comunidad donde puedan hacerlo".
Hace veinte años, añadió, se tendía a pensar que todos los pacientes de cáncer debían tomárselo con calma, pero ahora la mayoría de los médicos recomiendan hacer ejercicio. "Creo que los profesionales de la oncología se lo han creído".
El segundo estudio: la fatiga y la calidad de vida en pacientes con cáncer
En el segundo estudio, también dirigido por el Centro Médico de la Universidad de Rochester, los investigadores examinaron el impacto del yoga en la fatiga y la calidad de vida.
173 pacientes de 60 años o más se inscribieron en el ensayo. Una vez más, los participantes se dividieron en dos grupos y asistieron a clases de yoga o de educación sanitaria de más de una hora dos veces por semana durante cuatro semanas.
Según la investigación, el yoga resultó ser más eficaz para aliviar la fatiga y mantener la calidad de vida.
El tercer estudio: la actividad evita la defunción
En el tercer estudio se descubrió que los pacientes con cáncer que son activos pueden reducir su riesgo de muerte en casi una quinta parte.
En la investigación, dirigida por la Dra. Jurema Telles de Oliveira Lima, del Instituto de Medicina Integral de Brasil, participaron más de dos mil 600 pacientes de cáncer en Brasil.
Los pacientes fueron clasificados en función de su nivel de actividad, considerándose "activos" a aquellos que salían a caminar al menos 30 minutos cinco días a la semana.
Los resultados mostraron que el riesgo de morir era mayor entre quienes llevaban un estilo de vida sedentario. Después de 180 días, el 90% de las personas del grupo activo seguían vivas, frente al 74% del grupo sedentario.
Lima dijo que cualquier cosa que los pacientes con cáncer pudieran hacer para evitar estar sentados o tumbados durante largos periodos, por poco que fuera, podía ser útil. Incluso realizar tareas sencillas como llevar 'el mandado' a casa podría marcar la diferencia, afirmó.
"También tenemos que educar a la familia", añadió. "Porque es muy común que la familia quiera proteger a la persona mayor cuando tiene cáncer, como: 'No voy a dejar que haga nada ni que vaya a ninguna parte'. Tenemos que decirle a la familia que la actividad física puede ser lo mejor para el paciente y también a nivel psicológico."