Una perrita perdida sobrevivió 60 días en una oscura y fría cueva de Missouri; fue hallada por exploradores

Una perrita, cruza de poodle, fue encontrada en una oscura y fría cueva de Missouri por un grupo de familiares que decidieron entrar a explorar. Al ingresar al lugar, una caverna estéril, árida, muy oscura y con una temperatura de 58 grados Fahrenheit (14 grados Celsius), se percataron de que había un can enroscado sobre el suelo. Era Abby, un perro de casi 14 años que sobrevivió 60 días en las penumbras de esta cueva, sin comida ni otro lugar a donde ir. 

Jeff Bohnert, el dueño de dos perritos que suelen convivir juntos todo el tiempo, perdió a uno de estos hace dos meses. El 9 de junio de este año, ambos canes salieron de casa, algo que solía pasar con recurrencia, dijo Bohnert para AP. Abby y Summer recorrían los campos abiertos cerca de su residencia, cerca de la zona rural de Perryville, y después volvían a casa. 

Un día, Jeff se dio cuenta que uno de sus perros no había regresado, lo cual era extraño para él. “Nunca se separan”, apuntó. "Me imaginé que algo malo había pasado. Quiero decir, ella es vieja. Podría ser que el calor la venciera".

Abby fue reportada perdida días más tarde, mientras que Bohnert publicó sobre su desaparición a través de Facebook. El tiempo pasó y nadie sabía de ella. 

Dos meses después, Gerry Keene y su familia visitaron las cuevas de Berome Moore, pues habían planeado un día de exploración. Uno de los cinco niños presentes se apresuró al interior de la caverna y avisó a sus familiares que un perro estaba ahí. De inmediato Keene negó la versión del pequeño, pues le había parecido imposible. Segundos más tarde, todos vieron al can. 

Abby yacía tumbada sobre el suelo, enroscada como la mayoría de los perros al dormir, “parecía que estaba apunto de morir”, recordó Keene. 

Rescatarla parecía una tarea bastante difícil, pero con la ayuda de otro explorador, Rick Haley, pudieron pasar los estrechos pasillos y pendientes empinadas de la zona. Por azares del destino, Haley entrenó rescate, por lo que utilizó una manta y una bolsa de lona para sacar al animal. 

"Era fundamental que no la manipuláramos bruscamente", dijo Haley. En las zonas rocosas, a través de pequeños pasillos, "la llevábamos a una distancia corta, la dejábamos en el suelo, y luego nos poníamos delante de ella, nos echábamos hacia atrás, la levantábamos y la poníamos delante". 

Keene informó sobre el hallazgo y se acercó con algunos habitantes en casas aledañas. Uno de los vecinos se puso en contacto con Jeff, quien recibió las imágenes de su perrita tomadas por uno de los rescatistas. 

Sorprendido, el dueño acudió al lugar y se preguntó si sería posible que realmente fuera Abby. Efectivamente era ella.

El rescate duró al menos una hora y media, cuando finalmente pudieron extraer a la perrita. Su dueño cree que Abby terminó en la cueva al caer en un sumidero o entrada oculta. Haley, el rescatista, confirmó que había varias huellas sobre el suelo, lo que indicó que la perrita trató de salir de ahí.