¿Cuál era la dieta habitual de la reina Isabel II? Su 'chef real' responde

La reina Isabel II falleció la mañana de este 8 de septiembre a la edad de 96 años. La familia real informó la noticia a través de un comunicado publicado en redes sociales. El suceso conmocionó al mundo, pues su legado dejó una gran marca en la historia de la monarquía inglesa y durante su gobierno a lo largo de 70 años. 

El estilo de vida de la soberana europea era muy ajetreado. Ya sea por los múltiples banquetes, jubileos, nombramientos a funcionarios, o visitas de altos cargos, incluidos embajadores, arzobispos, ministros, generales, jefes de estado y líderes mundiales en el Palacio de Buckingham; la agenda de la monarca era muy apretada. Pero nunca lo suficientemente ajustada como para no dejar un espacio a la hora de la comida. 

El 'chef real', Darren McGrady, quien desde 1982 hasta 1993 se encargó realizar los mejores menús para la familia real, reveló qué es lo que comía y bebía la reina, al igual que algunas de sus costumbres a la hora de recibir sus alimentos. 

El cocinero, quien también trabajó para la princesa Diana de Gales, los príncipes William y Harry (durante 15 años), y para cinco presidentes de los Estados Unidos, reveló que la comida no era un tema muy relevante para la reina, pues su única pasión eran los caballos y los perros. 

En una entrevista realizada por la cadena CNN, McGrady explicó que la reina era "el tipo de persona que come para vivir en lugar de vivir para comer". Aún así sus preparaciones no era cualquiera cosa. La mesa del comedor real a veces se inundaba de banquetes de cinco platos con suculentas salsas de gran espesor, espumosos mousses, seguidos de helados glaseado, pero simplemente no era algo de su preferencia. 

Su menú se preparaba al menos con tres día de antelación y ella se apegaba estrictamente a ellos. 

Desayuno

Para el desayuno, la reina comía huevos revueltos con salmón ahumado y ralladura de fruta. En algunas ocasiones ordenaba "cereal normal" de la marca Special K con fruta fresca y un poco de té Darjeeling. “La gente siempre dice: 'Oh, la Reina debe comer platos de oro con cuchillos y tenedores de oro'. Sí, a veces… pero en Balmoral comía fruta de un tupper de plástico amarillo”, comentó Darren a través de su página oficial. 

Dicho esto, ella también comía fruta de un plato con incrustaciones de diamantes. “Era un plato de mármol con tres caballos de oro. El plato estaba incrustado en diamantes, rubíes, zafiros y esmeraldas. Hace treinta y tantos años estaba valorado en 500 mil libras”, agregó. 

El también consultor culinario acotó que la vajilla de la reina era sumamente vieja y por más que lo fuera, era insustituible. 

“Los chefs, la comida y las cocinas son lo último. Todavía están usando ollas y sartenes de la década de 1800, con el sello de la reina Victoria, en el Palacio de Buckingam”, dijo McGrady en otra entrevista. Mientras trabajaba en el palacio, les preguntaba a los miembros de la realeza: "¿No quieren algunas ollas y sartenes nuevas?", por lo que ellos respondían con un un rotundo "no", pues el dinero sería destinado "comprar caballos y sillas de montar”. 

Comida

Isabel II disfrutaba de comer "comida de finca". Verduras de cosecha propia, pescado, faisán u otros alimentos comúnmente servidos en el Palacios de Balmoral, Buckingham y Windsor. Un platillo preferido por su majestad era el lenguado de Dover a la parilla, con espinacas marchitas o calabacines, pollo a la parrilla con ensalada, o según Owen Hodgson, exchef que también trabajó en el palacio durante la década de los 90's, sándwiches de atún a la hora del almuerzo. 

La hora del té

El gastrónomo afirmó en un video publicado para su canal de YouTube que la realza amaba comer sándwiches de mermelada durante la hora del té, así como otros bocadillos de mantequilla y pepino. De vez en cuando una ginebra con refresco o limonada, fresas, naranja y menta fresca. 

Cena

En ciertas ocasiones, solía tomar un vino dulce alemán. “Solo por la noche”, aclaró el chef. “Ella también es adicta al chocolate”, dijo Darren. “Tiene que ser el chocolate negro, cuanto más oscuro mejor. No le gustaba el chocolate con leche ni el chocolate blanco”.

La cena podría incluir “aves de caza, faisanes, urogallos, perdiz; a ella le encantaba que estuvieran en el menú”. También está claro que comía muchas cosas, menos algo con ajo, según declaró el experto. 

Su postre favorito eran las galletas de chocolate.